Crisis, raíces y salidas

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿De verdad vamos atravesar la peor contracción económica de nuestras vidas? ¿Cómo huir del remolino recesivo, y para dónde? ¿Cómo salir de este laberinto económico? ¿Qué solución para este rompecabezas de 50 mil billones de dólares, valor aproximado del PIB mundial?

El comunismo fracasó y se derrumbó con la caída del muro de Berlin en 89, ahora el capitalismo está fallando rotundamente veinte años después. La epidemia contagia a todas las economías, desde las más liberales hasta las socialdemócratas, y a todos los pueblos, americanos, chinos, europeos, nórdicos, rusos, indios, latinoamericanos…

Un corto de la crisis en 2008… A comienzos del año, fue nacionalizado el banco británico Northern Rock, como último recurso para parar la corrida a los depósitos, más tarde en otoño asistimos a la quiebra sorprendente de otra roca del norte, tradicionalmente estable, próspera y rica, Islandia. En el extremo sureste de la Unión Europea, vimos por la tele la ola de violencia, disturbios y actos de vandalismo sin precedentes en Grecia. Muy cerca del centro de actividad político de Europa, en Bruselas, el gobierno dimitió, incapaz de resistir a las repercuciones de la crisis en su propia economía y víctima también del colapso del banco Fortis. Mientras tanto, en EEUU, otros eventos extraños e improbables se sucedían como el rescate de Citibank, después de lo de AIG, o antes de todo eso, la salvación gigante de los monstruos del crédito hipotecario Freddie Mac y Fannie Mae, al final del año aun el plan multibillonario de apoyo a Detroit, es decir, la mano de Washington salvando de una muerte anunciada a los contructores de coches Ford, GM y Chrysler. De nuevo al este, en el Golfo, Dubai, capital mundial del lujo y de la extravagancia inmobiliaria, pide de urgencia fondos a Abu Dhabi para eludir la ruptura financiera. Mientras, el rublo ruso se desploma al paso que la bolsa de Moscú cae en picado. China a su turno intenta obviar la inestabilidad social y controlar la desaceleración económica con paquetes de medidas fiscales de estímulo y sucesivas bajas de los tipos de interés. Y son precisamente los tipos de interés una señal inequívoca y perturbadora de esta crisis ya que se caen como nunca en todo el mundo. En EEUU y Japón los tipos oficiales llegaron a finales de 2008 al cero y en países como Suecia y Noruega, paradigmas del bienestar y riqueza en Europa, las autoridades monetarias demostraron casi el pánico al bajarlos brutalmente … España está en profunda recesión, en medio de su crisis inmobiliaria y de crédito, con muchos sectores industriales y de servicios afectados, y los bancos ni siquiera han logrado escapar del escandalo Madoff, la guinda de la torta de la tormenta del 2008, una guinda de 50 billones de dólares de pérdidas…

Al final de un año de destrucción económica masiva, el balance es colosal. Para un portafolio mediano en el que se posee un 50% de inmuebles, un 20% de acciones y el restante de depósitos u otros activos resulta que la depreciación media ocurrida en 2008 de un 20% en el mercado inmobiliario y de un 50% en las acciones deberá haber impactado al inversor padrón una pérdida en su patrimonio total de 20% en un año… ¡en todo el mundo! Eso para las clases medias o altas, para los demás está el espectro creciente del desempleo, la disminución del sueldo, el endeudamiento y la dificultad de obtención de crédito o en pagarlo. En cuanto a los pobres de los pobres, el horizonte trae hambre y enfermedad, como siempre.

¿Causas de esta recesión?: locuras especulativas, riadas de credito, consumismo desenfrenado; el mundo siempre corriendo atrás del dinero, tales como titulos, inmuebles, bienes de lujo, bienes o servicios superfluos, y olvidando cada vez más todo lo demás, sea principios, ética y moral, sea el trabajo honrado, el valor del ahorro y de la prudencia en los gastos, y olvidando también la importancia del tiempo dedicado a la familia, a los hijos, a los mayores, incluso destruyendo el propio concepto de familia; finalmente el desprecio a la tradición y a la religión, activos preciosos de todos los tiempos y trabas fundamentales del bien común. A esta recesión económica hay que añadir la grave depresión demográfica en gran parte del globo y aun la destrucción del medio ambiente que hasta hoy no se ha frenado. Asimismo la peor crisis, y posiblemente la raíz de todas ellas, es la crisis de valores, no de los valores bursátiles sino de los valores morales de nuestra sociedad. Y esa es urgente que se supere. De hecho, no son los políticos ni las cumbres ni los planes de billones de euros o dólares, ni la nueva administración de EEUU, que van a salvarnos nuestras vidas. Los Estados no tienen recursos para todo, lo único que pueden hacer es mantener al sistema actual funcionando mínimamente aunque con crecientes fallas. Pero no pueden indemnizarnos por las malas inversiones del pasado ni de los errores o pecados colectivos de muchos años. Tampoco pueden invertir la marcha del tiempo y corrieir el curso de nuestro pasado reciente. La factura de la recesión, nadie va a pagárnosla.

¿Soluciones? Contra los errores del capitalismo y del consumismo, y antes de el, del comunismo y materialismo, quizás tendremos que regresar al pasado lejano, al tiempo de nuestros abuelos y de sus antepasados, y volver a las verdades profundas que ellos apendieron, a lo largo de los siglos, en todas partes del mundo, en todos continentes, y que los han ayudado a sobrevivir a todas las dificultades y adversidades de la historia: esas verdades se llaman Cristianismo, Islamismo, Hinduismo, Budismo, en una palabra, fe y respeto a Dios, al Hombre y a la Naturaleza. ¿Irracional? ¿Utópico? ¿Irreal? Lo veremos.

PS: los “autobuses ateos” circularon en Reino Unido el año pasado y este año en Barcelona los buses públicos van a circular con unos carteles de publicidad contratados por la entidad Ateos de Cataluña con el lema: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida.”