domingo, 31 de maio de 2015

Atriz suicida-se traumatizada com aborto

SYDNEY, 03 Mar. 14 / 03:48 am (ACI/EWTN Noticias).- La actriz australiana Charlotte Dawson, que se suicidó hace una semana en su departamento, había revelado previamente que la profunda depresión que sufría estaba relacionada con haberse sometido a un aborto, hace 15 años.
En su libro autobiográfico “Air Kiss & Tell”, publicado en 2012, Charlotte relató las circunstancias que la llevaron al aborto, su sensación de abandono por parte de su entonces esposo, el nadador olímpico Scott Miller, y la profunda depresión a la que se vio arrastrada.
En su libro, la actriz recordó que ella “sabía que estaba embarazada; no necesité hacerme la prueba, yo podía sentirlo”.
“Era la más brillante pero terrible sensación y la prueba, como esperaba, lo confirmó”, dijo.
“Íbamos a tener un bebé. Yo iba a ser realmente una madre. Si hubo espacio para tener mariposas en mi estómago, me imagino que podía habérmelas arreglado para eso también”.
Sin embargo, recordó Charlotte, “sentí algo de duda en Scott. Mi fecha de parto chocaría con los Juegos Olímpicos de 2000m y esto era muy preocupante. Todo lo que Scott había hecho llevaba a este momento, y nada podía oponerse en su camino, así que decidimos que abortaríamos al niño y trataríamos de nuevo luego”.
Como un lamento, Charlotte escribió que “¿quién necesita un feto desarrollándose cuando se ofrecía una medalla de oro, eh?”.
“Por dentro yo estaba en un caos total. Quería el bebé. ¿Cuánto tendríamos que esperar? ¿había siquiera alguna garantía de que quedaría embarazada otra vez? Por supuesto, acepté sin cuestionar que las Olimpiadas eran la prioridad número uno de Scott”, tal como él y otras personas interesadas le dijeron.
Charlotte se encontró sola en la clínica donde se sometió al aborto, pues Scott, su esposo, “me acompañó a la clínica local, pero no pudo lidiar con la atmósfera, así que me dejó ahí sola”.
“Yo estaba luchando con la decisión e intentando no parecer emocional o angustiada al respecto, para que Scott pudiera mantener su enfoque. Estaba tratando de entrenarme a mí misma para pensar en mi bebé como un inconveniente, como un estornudo en una transmisión televisiva. Era difícil”.
Luego, recordó Charlotte, “tuve que reconciliarme con la responsabilidad personal de tener un aborto. ¿Debería sentir culpa y vergüenza? Estaba enfrentando mi idea de que la maternidad era un tiempo sencillo y feliz, especialmente para los recién casados”.
“Consideré la posibilidad de que podría acabar siendo una mujer sin hijos, lo que era un prospecto frustrante y desmoralizador para mí, por lo mucho que quería ser una madre. ¿Qué pasaba si no podía tener otro hijo? ¿Qué si arruinaba mi única oportunidad de maternidad por sacrificar esta?”.
Contrario a lo que aseguran quienes promueven el aborto como una experiencia liberadora para la mujer, en el caso de Charlotte, la muerte de su bebé “fue un tiempo horrible, triste para mí, pero tuve que seguir recordando lo que tenía. Tenía un esposo y estábamos construyendo una vida y un hogar juntos”.
“Quería nuestro bebé, pero me sentía codiciosa, como si ya tuviera mucho, que el aborto era un compromiso que debía hacer”, recordó.
“A pesar de lo valiente que trataba de ser, y de lo mucho que trataba de reasegurarme a mí misma que lo que estaba haciendo era lo correcto, aún así era un momento desgarrador”.
Y al volver a casa tras someterse al aborto, escribió la actriz australiana, “sentí que algo había cambiado. Sentí un cambio. Quizás era hormonal, pero sentí los primeros matices de lo que ahora puedo identificar como mi primera experiencia con la depresión”.
“Debería haber comprado un sofá especialmente para el cuco de la depresión en ese momento. Si hubiera sabido que me iba a visitar tan a menudo, al menos hubiera tenido un lugar para sentarse, el bastardo”, dijo.
A pesar de sacrificar a su bebé en favor de la carrera deportiva de su esposo, Charlotte se encontró con la noticia de que este le había sido infiel con una nadadora.
Además, su participación en las olimpiadas se vio frustrada por la revelación de que consumía sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento. No fue siquiera incluido en el equipo para las Olimpiadas de Sydney.
Al enterarse de la infidelidad de su esposo, la depresión de Charlotte se incrementó intensamente.
“Si comencé a sentir punzadas de depresión tras el aborto, el impacto de recibir estas noticias apenas a los seis meses de matrimonio fueron mucho para soportar. Algo dentro de mí se rompió completamente ese domingo, algo que no se puede reparar, algo que nunca ha vuelto”.
“Alrededor de este tiempo aprendí el gentil arfe de ahogar las penas con montones de vino”, escribió.
El síndrome post-aborto
El síndrome post aborto ha sido ha sido comparado con los traumas que enfrentan los soldados al retornar del campo de batalla.
En 2011, el Dr. Ernesto Beruti, especialista en clínica obstétrica y ex jefe de la Maternidad del hospital Rawson (Argentina), aseguró que "ante la tragedia del aborto siempre hay dos víctimas: la primera es el niño por nacer, que pierde el derecho más importante que tenemos todos los seres humanos, que es el derecho a la vida; la segunda es la mujer, que muchas veces lo hace por presión del entorno, del marido, de la familia, y muchas veces padece el síndrome postaborto, un calvario que le destroza el alma y la acompaña el resto de su vida".
“Es más fácil que una mujer se saque un hijo del vientre a que se lo saque de su cabeza y de su corazón", lamentó

quarta-feira, 6 de maio de 2015

Porque não educar a brincar !


Quando se quer ser professor é necessário tirar o curso de professor, quando se quer ser médico é necessário tirar o curso de médico, enfim, poder-se ia-se enumerar a imensidão de cursos necessários mas para se ser pai e mãe na verdade não existe um curso. No entanto, quando se adquire a condição de pai e mãe é para toda a vida e durante vinte e quatro horas por dia. A questão é mesmo se os pais estão preparados para tamanha responsabilidade!

Normalmente seguem os modelos de educação mais próximos que são os dos pais e dos irmãos. Alguns mais preocupados procuram informações nas diversas formas mas colocar em prática só mesmo eles. Cada qual educa o filho da forma que lhe parece ser a mais adequada, a mais sensata. Mas a correria diária é na maioria das vezes a grande traidora porque faz com que os pais fiquem com menos tempo e disponibilidade para seguir mais de perto o seu dia-a-dia.

É fundamental “entrar” no pensamento do filho para perceber certas atitudes que este tem. O filho que normalmente conta tudo torna-se mais fácil, o problema reside essencialmente no que não exterioriza optando por guardar todas as situações e na maioria das vezes não consegue resolvê-las causando-lhe momentos de grande ansiedade.

Eis a história de um menino que “numa saída da escola, assim que chegou junto do pai fez questão de lhe dizer que estava com muita raiva de um colega porque este estava constantemente a humilhá-lo e a critica-lo. Estava tão chateado que lhe desejava todo o mal. O pai ouviu-o calmamente e levou-o até ao quintal onde havia um saco cheio de carvão. Pararam e o pai disse-lhe: “Filho faz de conta que aquela camisa branquinha, que está a secar no estendal é o teu colega e cada pedaço de carvão é um mau pensamento teu para com ele. A camisa é o teu alvo portanto quero que atires todo carvão que está dentro do saco até ao último pedaço, depois eu venho ver como ficou”.

O menino com toda a raiva que tinha e recorrendo à sua força começou a atirar pedaço por pedaço mas o estendal estava longe e poucos eram os pedaços que acertavam no alvo.

Uma hora depois o menino terminou a tarefa. O pai que tinha estado escondido a observá-lo aproximou-se e perguntou-lhe como é que se estava a sentir naquele momento depois de ter esvaziado o saco. O filho aparentemente extenuado e com a garganta seca de cansaço prontamente lhe respondeu que mesmo cansado estava muito feliz porque tinha acertado em muitos pedaços de carvão na camisa.

O pai calmamente pegou na mão do filho e levou-o até ao seu quarto colocando-o à frente do grande espelho onde este se conseguiu ver por inteiro. Assim que viu a sua imagem o susto foi tão grande que recuou dois passos para trás pois apenas via o brilho do seu olhar e a brancura dos seus dentes.

O pai olhou para ele com um olhar marcante mas já habitual em certas situações, como tal, sabia que o que lhe iria dizer era muito importante. Não se enganou, o pai pestanejou e disse-lhe: “Filho viste que a camisa quase não se sujou, mas olha como tu estás. O mal que desejamos aos outros é como o que te acontece a ti.”

Este é um exemplo de um pai que conseguiu tornar uma situação séria num momento lúdico mas muito bem trabalhado. Certamente que este menino nunca mais se esquecerá daquele momento mas se o pai simplesmente lhe tivesse dito que não se deve fazer mal aos outros porque recai sempre para ele certamente que não teria qualquer efeito. Assim, o menino percebeu que “ quando alguém o magoa tem duas opções: se vingar e ser feliz por alguns minutos ou perdoar e ser feliz a vida inteira”. Perdoar é pois uma das chaves que abre a porta da felicidade ainda que no momento não seja fácil. E é nesse preciso momento que o papel dos pais faz toda a diferença no tipo de atitude que os filhos terão ao longo da vida. Como Khalil Gibran disse “os pais são como arcos por onde os vossos filhos, como flechas vivas, se projetam”.

 
anabelaviegasconceicao@gmail.com

Psicóloga Clínica